Antonio Fumero

Antonio Fumero

I+D. Todo se puede solucionar con una cerveza fría.

Lo primero es lo primero

Del remote-friendly al remote-first porque ahora ser nómada es lo que mola.

Presencialismo

Es evidente que no todas las profesiones admiten un esquema de trabajo deslocalizado, pero sí está claro que el trabajo a distancia por sí solo no ha conseguido vacunarnos contra un presencialismo endémico.

Deslocalización

Decía un buen amigo que “lo importante son las cosas importantes”… y en el entorno laboral posindustrial, lo importante no son “cosas”, sino personas; y no lo son tanto porque nos hayamos vuelto blandos en el sentido más irónico del término, sino porque lo más importante, el talento, viene en ese tipo de envoltorio siempre complicado.

Todos tenemos en mente una percepción generalizada de que todo tipo de organizaciones se han visto obligadas a reubicar a sus trabajadores trabajando en remoto; y eso ha tenido muchas consecuencias, de muy diversa índole.

Es evidente, por otro lado, que no todas las profesiones admiten un esquema de trabajo deslocalizado. Tampoco tenemos claro cuántas de esas organizaciones han realizado esa deslocalización apoyándose más en convicciones culturales propias que en la simple contingencia de la situación sanitaria. El trabajo a distancia por sí solo no ha conseguido vacunarnos contra un presencialismo endémico.

Ilustración de persona trabajando en la playa
Fuente: Pictofigo

Es algo que también he debatido con algunos colegas del sector: ¿El trabajo 100% en remoto ha venido para quedarse en las empresas que nos dedicamos a la ingeniería del software? ¿Acaso soy el único que piensa que ya trabajábamos en remoto antes de la crisis sanitaria mundial, solo que lo hacíamos la mayor parte del tiempo desde la misma ubicación física?

Sin el ánimo de ser exhaustivo y con las limitaciones de este formato, sí que me gustaría poner aquí en orden algunas ideas alrededor de los ejes organizativo, individual o personal, tecnológico y de procesos (OITP) que, de alguna manera, articulan un modelo conceptual con ciertas garantías de rigurosidad y completitud desde el punto de vista de la teoría de sistemasMi intención es tan solo dejar caer una serie de cuestiones que nos acerquen a la pregunta correcta en cada uno de esos ejes.

Tecla O de un teclado

Desde el punto de vista organizativo, o de sistema, nos podemos cuestionar hasta qué punto estamos preparados, como empresa, pero también como sociedad, como país, para dar un paso que se viene anunciando en voz baja desde que la digitalización es una realidad; es decir aceptar de forma explícita la deslocalización del talento. Los datos no mienten; mentimos las personas que los interpretamos.

Más allá de los indicadores que nos ofrecen una aproximación a la capacidad de los diferentes países, para teletrabajar, podemos valorar también los atributos que, culturalmente, asociamos en nuestra compañía al teletrabajo como práctica habitual.

¿Sabemos lo que implica realmente convertirnos en una organización ‘remote-first’ o deslocalizada por defecto? ¿Tienen nuestros colaboradores la mentalidad necesaria para trabajar así?

Tecla I de un teclado

Eso también tiene mucho que ver, a nivel personal, individual, con la manera en la que ha evolucionado el lugar que ocupa el trabajo en nuestras vidas y que generalmente se apoya en una cierta “ética protestante”, propia del calvinismo, un tanto desdibujada en este siglo. ¿Has medido la mejora “real” de la satisfacción de tus empleados con respecto al escenario pre-pandémico? No es evidente: para eso necesitas, obviamente, disponer de indicadores consistentes y métricas históricas coherentes. No me vale con un eNPS maquillado para la foto.

Balanza vida-trabajo
Fuente: pictofigo

¿Acaso vamos a aspirar todos a un idealizado perfil de nómada digital moderno? Lo dudo mucho. Somos turistas, más o menos digitalizados: el viajero pertenece al viaje, entendido como experiencia vital, mientras que el turista pertenece a su casa, a la que siempre vuelve.

No me deja de resultar curioso cómo las AA.PP. defienden vehementemente la captación de esos supuestos “nómadas” como parte de lo que llaman estrategia de Destino Turístico Inteligente (DTI), mientras las medidas para permitir el trabajo deslocalizado de sus empresas locales se limita a las contingencias obligadas por la situación actual y se sigue olvidando el talento “de kilómetro cero” que sigue emigrando no siempre voluntariamente.

¿Qué perfil adoptas tú en este viaje de transformación? ¿Turista o viajero?

Tecla T de un teclado

Desde la óptica de la tecnología, también podemos acudir a un lugar común como ha sido en esta etapa “pandémica” el auge en el uso de las habituales herramientas para la colaboración y el trabajo en grupo generalmente centradas en las funcionalidades de comunicación y productividad en el puesto de trabajo: videoconferencias, mensajería asíncrona, gestión documental, ofimática en la nube, gestión de tareas, etc.

Una consecuencia inmediata de esto ha sido la toma de conciencia de la realidad de la implantación de la nube en nuestras empresas, llevándonos a reconsiderar en muchos casos nuestra arquitectura técnica para seguir ofreciendo servicio a nuestros usuarios y clientes con los niveles demandados.

¿Vas a comprar más “cacharros”? ¿Te llevas los tuyos a la nube? ¿A la nube de quién?

Tecla P de un teclado

Cuando todos esos elementos se juntan en una organización empresarial con el objetivo de maximizar la entrega de valor, hablamos generalmente de procesos como una manera muy estándar de articular los componentes de un sistema complejo. Esos procesos, por lo tanto, se han visto claramente afectados; y a todos nos ha tocado optimizarlos haciendo un ejercicio de re-ingeniería para un escenario en el que, necesariamente, teníamos que considerar un mayor número de esos componentes deslocalizados.

Al intentar flexibilizar y “agilizar” muchos de esos procesos, nos hemos encontrado con un interés creciente en los marcos de trabajo que ofrecían el utillaje conceptual para lidiar con un tipo de escenarios que exigen “abrazar” la variabilidad e incertidumbre propia de cualquier proceso de transformación que, a la postre, debe apoyarse en la práctica de la Innovación, que no es otra cosa que Conocimiento en Acción.

¿A qué carta apuestas tú: re-ingeniería o transformación? ¿Aceptarás el lado oscuro de la Innovación, alejado de la palestra y los focos?

Tecla O de un teclado
Tecla I de un teclado
Tecla T de un teclado
Tecla P de un teclado

Y tú, ¿qué tecla vas a pulsar primero? La gracia que tiene esto es que “solo existen soluciones simples para problemas simples” y el escenario empresarial competitivo en el que nos encontramos es lo que siempre hemos conocido una situación de complejidad y no podemos afrontarlo sin interiorizar cierto tipo de pensamiento sistémico.

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Fuente: FreeCheeseComix.com

Organización, individuos, tecnología y procesos están indisolublemente ligados; a pesar de lo cual seguiremos viendo, aun después de haber vivido una situación que sobrepasaba cualquiera de nuestros escenarios más pesimistas, iniciativas, a todos niveles y en todos los ámbitos que adolecen de la misma miopía sistémica, hipotecando nuestro futuro a cambio de un puñado de titulares efímeros en medios inventados para la ocasión.

Recuerda que lo primero es lo primero… Transformarnos es urgente; digitalizarnos, circunstancial.

e-Fumérides

El día a día en la Red da para mucho; pero mi día, como el tuyo solo tiene 24 horas. Si bien dormir está sobrevalorado, sabemos que tu tiempo es extremadamente valioso, de tal manera que hemos dedicado parte del nuestro a destilar algunas de las claves de una variedad de conceptos, tendencias, ideas o noticias que conforman la realidad tecnológica y socioeconómica de nuestro entorno empresarial. Huelga decir que las opiniones vertidas en estos breves artículos, así como las responsabilidades que de ellas se deriven, pertenecen, exclusivamente, a su autor.

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