Antonio Fumero

Antonio Fumero

I+D. Todo se puede solucionar con una cerveza fría.

Entre tokens y activos digitales: La realidad de los NFT

The whole world is drunk and we’re just the cocktail of the moment. Someday soon, the world will wake up, down two aspirin with a glass of tomato juice, and wonder what the hell all the fuss was about.

Cada vez que uno de estos fenómenos de base tecnológica llega a los titulares con fuerza suficiente para convertirse en tendencia recuerdo esta aseveración que se debe al genial y tristemente desaparecido Dino, Dean Martin, parte integrante del irrepetible Rat Pack.

NFT (Non-Fungible Tokens)

La historia de los NFT empezaba bien pronto, en 2014 con Quantum, y luego con Etheria, en 2015, poco tiempo después del lanzamiento de Ethereum; si bien su consolidación no se producía hasta que en 2017 se proponía el estándar ERC-721 en el GitHub de la conocida cadena de bloques: un contrato inteligente en Solidity que servía como referencia.

¿Te suena?

Entre contratos “inteligentes” y “oráculos” se ha ido consolidando una serie de elementos de infraestructura que se sustancian en multitud de cadenas de bloques cada vez más públicas…pero solo salen a la luz cuando la excitación alrededor de alguna de sus aplicaciones alcanza los titulares.

Últimamente, aparte de la ya habitual cripto-locura colectiva generada por la negociación de monedas digitales y virtuales como «novedoso» depósito de valor, ha aparecido otra aplicación bien conocida que ha copado esos titulares por el mismo motivo, es decir, las cantidades de dinero que se mueven a su alrededor. Se trata de los NFT (Non-Fungible Tokens).

La historia de los NFT empezaba bien pronto, en 2014 con Quantum, y luego con Etheria, en 2015, poco tiempo después del lanzamiento de Ethereum; si bien su consolidación no se producía hasta que en 2017 se proponía el estándar ERC-721 en el GitHub de la conocida cadena de bloques: un contrato inteligente en Solidity que servía como referencia. Hoy también debemos prestar atención al ERC-1155, que permite la creación de tokens fungibles y no fungibles sobre el mismo estándar.

En los titulares lo que hemos ido encontrando con cierta asiduidad son las noticias de la venta de algunos de esos NFT, generalmente asociados a algún tipo de creación artística digital, o elementos de la cultura popular por cifras muy llamativas.

El pasado mes de septiembre volvía la fiebre por los gatitos de Dapper Labs, que nos recordaba la primera explosión que provocaron estos coleccionables en 2017. Se habían puesto a la venta los 100 primeros de estos gatitos, que fueron los primeros NFT “acuñados” utilizando el estándar ERC-721 sobre Ethereum y, en tan solo 24 horas, se produjeron transacciones por valor de algo más del equivalente a 7 millones de dólares.

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Fuente: Kiplinger
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Dragon, uno de los CryptoKitties, asociado a un NFT que se vende por 600 ETH en OpenSea

Técnicamente hablando no hay nada nuevo bajo el sol: se trata de un token que almacenamos en una cadena de bloques y cuya transacción se rige por un contrato inteligente. La picaresca y la especulación surge de su asociación con un activo, digital o no, que no guardamos en la cadena de bloques. Obviamente, estamos hablando de una solución que aprovecha la supuesta fiabilidad de las infraestructuras Blockchain para ofrecer una prueba de la propiedad de un activo que normalmente, si es digital, es indistinguible de cualquiera de sus copias.

Desde el punto de vista de las actuales legislaciones sobre propiedad intelectual, los propios NFT pueden ser “obras derivadas”, digitales, de las que pueden derivar, por ejemplo, derechos patrimoniales, lo cual ilustra claramente lo complejo del debate que subyace a este fenómeno que pasa por ser “el cóctel del momento”.

Los casos de uso que sustentaban la popularidad de este fenómeno y los titulares estaban centrados en las obras de arte y los activos digitales que se intercambiaban en algunos juegos, como CryptoKitties o Decentraland. Pero hoy se consolidan buenas ideas basadas en los NFT y el estándar ERC-1155 para el pujante desarrollo de las finanzas descentralizadas (DEFi) ensayando, por ejemplo, la generación de NFT como activos digitales que representen “colaterales” con los que negociar, por ejemplo, préstamos P2P (es el caso de NFTfi), o incluso otros productos financieros como seguros: es el caso de Yinsure que representa sus contratos de seguros como NFT que se pueden negociar en mercados como Rarible y que normalmente os encontramos en agregadores como OpenSea.

e-Fumérides

Y tú, <sarcasm> ¿Crees que estamos ante otro subidón de cripto-locura colectiva o, por el contrario, piensas que somos testigos de los primeros balbuceos de una nueva red de redes, ‘one more time’? </sarcasm>

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